Envejecimiento y prolongación de la vida

Comencé hace poco a leer, por recomendación de una persona a quien respeto mucho, el libro “Lifespan” del científico Australiano David Sinclair. La información y el conocimiento volcado en el libro me han puesto a pensar… comparto algunos de los fundamentos biológicos del libro para despertar la curiosidad al menos de algunos de ustedes.

En el año 1997 el investigador Australiano David Sinclair descubrió que el envejecimiento a nivel celular en las levaduras se veía reflejado en la pérdida de organización epigenética de sus cromosomas y en la incapacidad de las enzimas de reparación de contrarrestarlo. Este hallazgo que permitió explicar por primera vez a nivel molecular el envejecimiento de los organismos vivos fue un hito para la biología moderna.
Durante los siguientes 25 años el equipo de Sinclair y sus discípulos encontraron que estos mismo fenómenos se replican de manera muy conservada en organismo más complejos incluyendo a los mamíferos.
De esta forma hemos comenzando a comprender por qué envejecemos y cuáles son los eventos celulares y moleculares que subyacen en este proceso.
Al tiempo que se comprendía la cascada de situaciones que derivaban en la senescencia celular, se comenzó a estudiar aquellos fenómenos que los retrasaban o evitaban a fin de prolongar y mejorar la calidad de vida de los organismos y de qué forma esto es trasladable a los seres humanos.
Existen tres dimensiones sobre las que se puede actuar con el objetivo de retrasar el envejecimiento y reducir la incidencia de patologías asociadas él.
La primera es reduciendo el daño en el ADN, esto se consigue protegiendo a las células de factores genotóxicos ambientales, tales como radiaciones o compuestos químicos.
La segunda es aumentando la actividad de las enzimas que se encargan de reparar el ADN, para esto se están estudiando muchos compuestos entre ellos el resveratrol y el NAD. Por el momento estos estudios están en fases pre-clínicas o clínicas pero sin resultados que permitan utilizarlos en humanos aun.
La tercera es mejorando la capacidad de eliminación de células dañadas o envejecidas por parte de los sistemas de clearence. Esto se consigue obligando a nuestro organismo a activar sus estrategias celulares de supervivencia, por ejemplo aumentando los periodos de ayuno, realizando actividad física intensa o exponiéndonos a bajas temperaturas.
Sinclair afirma que en un futuro no muy lejano el envejecimiento será considerado una enfermedad por si mismo, y tendremos a nuestro alcance medicamentos capaces de retrasar su aparición mejorando y prolongando nuestra calidad de vida.
Mientras tanto, existen oportunidades para ir avanzando en ese camino. Podemos comenzar cuidando nuestra alimentación, consumiendo alimentos saludables, protegiendo nuestras células del daño oxidativo con vitaminas y moléculas antioxidantes, realizando actividad física, evitando agentes mutagénicos como el cigarrillo o las radiaciones solares y manteniendo nuestro sistema inmunológico en óptimas condiciones para que pueda remover eficientemente las células envejecidas o dañadas.
¿Será posible que las personas nacidas en los próximos años tengan una expectativa de vida de 120 años? La biología es fascinante y la capacidad humana de comprenderla y trabajar sobre ella es cada vez más asombrosa.